Hay personas que tienen a los animales, a sus mascotas, como uno más de la familia. Un conejo, un hámster, una cobaya, una ave o un reptil por poner un ejemplo, son seres vivos a los que cuidar, mimar y proporcionar atención sanitaria y una buena alimentación.
Lucía era un animal de compañía más, vivía en un hogar y tenía unos propietarios. Un día por alguna causa que desconocemos, estas personas la “soltaron” en una “rotonda” que hay en un barrio de Tarragona. Esta práctica es habitual por lo que vemos en las noticias, ya que encontramos conejos toys, cobayas, tortugas y un sinfín de mascotas abandonadas en parques, charcas, bosques, etc.
Lucía en este momento pasó a ser un animal que vivía en “libertad”, sin los mimos ni los cuidados de las personas que un día decidieron tener un animal de compañía. Tristemente esta historia se repite día a día. El problema de los animales abandonados es mayúsculo, más todavía cuando se piensa que ellos viven mejor en libertad. La prueba irrefutable de que esto último no sucede es la historia de esta coneja, Lucía, que murió por su precario estado de salud.
No se trata de un espacio idílico donde todos los animales abandonados se divierten y alimentan de lo que encuentran o de lo que les dan los vecinos/ex-propietarios, se trata de un sitio sin ningún control sanitario, donde mueren continuamente animales en pésimo estado de salud.
Sabemos que Lucías y rotondas con animales abandonados las hay en muchas ciudades españolas, es probable que de poco sirvan estas frases y estas imágenes si no van a parar a los oídos de personas con ganas de solucionar y evitar los abandonos de las mascotas.
En estas duras imágenes se muestra el estado de esta preciosa coneja cuando fue rescatada de la “rotonda”, son fotografías que nos han cedido las personas que la rescataron.
Lucía no era una coneja que vivía en un espacio abierto sin riesgos, compartía el lugar con otros animales de especies distintas, ratas y cobayas entre otros, y estaba expuesta al atropello y a las enfermedades que suelen tener los animales que viven en espacios poco salubres: infecciones de piel por hongos, sarna de las orejas (VEASE LAS IMAGENES) y del cuerpo, miasis (infecciones por larvas de mosca en heridas), infecciones víricas (mixomatosis y fiebre hemorrágica), encefalitozoonosis, etc. Compartir un espacio común con otros conejos y otras especies, hace que los animales defiendan su territorio y se apareen, creando colonias de animales y competencia entre ellos.
Mostramos aquí una serie de imágenes de cómo se encontraba Lucía: anémica, debilitada e intensamente parasitada. Se le diagnosticó una anemia severa provocada por la intensa parasitación por garrapatas; además tenía ácaros de las orejas y pulgas. Las analíticas indicaban un fallo renal. Lucía falleció a las 24 horas del ingreso, no se pudo hacer nada más por ella.